viernes, 23 de mayo de 2014

REAFIRMANDO IDEAS
Martes por la mañana, retornamos nuevamente a nuestro lugar de incidencia, el caserío Collique. Como siempre llegamos con el afán de conocer algo nuevo, caminábamos ya por la parte final del dren y nos encontramos con el señor Maximiliano Sandoval un anciano de 86 años, quien miraba atentamente como su hijo cortaba la leña. Al acercarnos nos saludó muy cordialmente iniciando una conversación muy amena. Este poblador nos comenta que su familiares fueron los primeros en llegar a las lomas de Collique y desde ahí es que poco a poco se fue poblando su caserío nos manifestó también; “Collique ha cambiado bastante, ahora hay agua, luz, hay más gente, lo que más bien nos preocupa es que no hay ya espacio para hacer más casas, y que le gustaría que se haga realidad el desagüe”.
Por otro lado resalta la labor de las mujeres, que también se dedican a aportar económicamente en el hogar, haciendo una comparación en tiempos pasados y lo actual.

Seguimos en nuestro recorrido y nos encontramos con Karina una niña de 12 años, que por su apariencia parecía de 10, ella dentro de su timidez nos comenta que son pocos los niños de su edad que hay en Collique, que la mayoría de alumnos son del choloque y el carrizo que son caseríos cercanos. Al realizarle otras preguntas obtenemos respuesta alguna, pareciera que la timidez o vergüenza le impide seguir hablando, quedándose callada.
Nos despedimos de Karina y nos encontramos con un grupo de pobladores que venían del jornal (trabajo de campo), los saludamos amablemente y conversamos un poco acerca de sus labores y las labores que realizan sus esposas, manifestando que ellas están desocupadas por las tardes, y resaltando siempre que en épocas de trasplantes de arroz o deshierbo ellas siempre los ayudan. Así también nos comentan que el trabajo ha bajado un poco. A la pregunta que les hicimos si les gustaría que aprendan algo nuevo sus esposas, nos responde, “sería bueno que hayan talleres para las mujeres del hogar ya que en las tardes porque en ese horario no tienen ya no hay quehaceres en el hogar, en algún tiempo vinieron a enseñarles a coser, pero después se quedaron ahí nomás.

Al escuchar esto reafirmamos la idea de trabajar con las mujeres de Collique. Ya que disponen de tiempo y sus esposos podrían apoyarlas también.


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